smart WHATEVER
Puede que te preguntes ¿a qué viene ese título en el post?, pues como dijo Chema Alonso (Chief Data Officer) en Telefónica, durante su ponencia en Urban Intelligence Global Congress; últimamente todo es "smart", empezamos con smartphones, para pasar a smartwatch, nosotros mismos somos smart, tenemos conceptos que se entrelazan entre sí, Big Data, IoT en incluso BlockChain, Industria 4.0, SmartCities y en esa línea hemos trabajado recientemente.
Fuimos invitados y tuvimos la oportunidad de participar e incluso patrocinar el congreso Small & Medium Smart Cities que se celebró en Alcoy a continuación puedes leer nuestra visión de lo que hemos llamado BlockChain Cities:
Los analistas, en 2017, ya preveían que para 2020 hubiera 20.400 millones de objetos conectados a la Red. Y no se están equivocando. Más de la mitad serán dispositivos de consumo, y el resto, industriales y de mercados verticales o específicos. Sin entrar en el volumen de datos que van a generar, o en el número de desarrolladores de dispositivos IoT, negocios, coberturas o tecnologías que se están desplegando.
Si multiplicamos exponencialmente por 10 la referencia actual que conozcamos, tampoco nos equivocamos.
Dubai, referencia mundial en su estrategia de gestión inteligente apuesta por convertirse en la primera ciudad del mundo impulsada por la tecnología Blockchain. En octubre de 2016 puso en marcha la Smart Dubai Office (SDO) y como si fuera un megasuperhackaton mundial, busca las aplicaciones más innovadoras y revolucionarias de blockchain en cualquier industria o sector, sin perder de vista que blockchain tiene el potencial de mejorar la vida de las personas. Si profundizamos en la estrategia, vemos tres pilares:
1. La eficiencia de los servicios gubernamentales.
2. El desarrollo y creación industrial de la cadena de bloques a través del empoderamiento de nuevas empresas y negocios asociados.
3. Y por último, el liderazgo global sobre la tecnología blockchain lo que supone la gestión y dearrollo del conocimiento.
Que Dubai pretenda ser un pionera en la adopción de tecnologías emergentes como blockchain, y específicamente vea que tiene un gran potencial para transformar los servicios de la ciudad, es algo importante: quiere ser el primer gobierno del mundo impulsado por la cadena de bloques.
Los usos de blockchain dentro de las ciudades pueden ser ilimitados, pero ya puede constatarse cuales van a ser revolucionarios. Sabemos perfectamente los objetivos de una Smart City, y la importancia de los dispositivos conectados con IoT: residuos, circulación, seguridad, control ambiental, transporte, etc. etc. Todos esos dispositivos se pueden registrar en blockchain.
Agregar blockchain a los sistemas inteligentes de ciudades que ya están en desarrollo, incorporando todos los datos a la cadena de bloques, facilitaría a los gobiernos acceder y administrar esos datos. Digamos que cuando se produce el disparo de un arma de fuego en un parking público, y lo detecta un sensor "conectado" a la IoT, podría generar un mensaje automático a la patrulla de Policía más próxima. Sin intermediarios.
En este momento, hoy en día, los datos se almacenan de forma muy estanca, como en depósitos, con distintas llaves y combinaciones para su entrada y salida. Más complejo que una refinería. No todas las cámaras de seguridad o cerraduras electrónicas están hechas por las mismas empresas, y no todas las llaves son compatibles. La comunicación fluida es compleja y difícil de gestionar. No todos los garajes de estacionamiento usan los mismos sensores de seguridad para determinar la capacidad, robos o inciencias. No cabe duda que la tecnología blockchain puede ayudar a organizar de manera segura todos esos datos en una red troncal interoperable: las fuerzas del orden público podrían obtener ese acceso sin pasar por múltiples depósitos de datos, estancos, inconexos, o ineficaces en tiempos de respuesta.
Blockchain podría ayudar a resolver muchas ineficiencias de la ciudad casi de inmediato, y no hablemos por ejemplo de la administración de justicia, en países como España, donde su transformación digital no ha hecho más que empezar. El salto en la eficacia sería sencillamente meteórico. Allí donde la comunicación y el intercambio de datos pueden tener un efecto positivo en la mejora de los servicios públicos, porque están muy poco organizados, o son inaccesibles por rudimentarios, o porque no hay mejor manera de compartir datos confidenciales, o sencillamente, porque "gobernar" y "organizar" esos datos es algo extremadamente complejo y tedioso; es donde el espacio blockchain tiene sus mejores oportunidades para mejorar los servicios públicos: puede proporcionar un sistema totalmente seguro para compartir datos confidenciales.
Entonces, el debate no será que la ambulancia, los bomberos, o la policía no llegó a tiempo. No habrá retrasos por la falta de comunicación. El debate será otro: el derecho a la privacidad y el límite del gobierno para rastrear a la ciudadanía, o cuántos datos se comparten para trabajar en medidas preventivas, o para analizar las estadísticas delictivas que ayuden a planificar mejor esos servicios públicos.
Imaginemos el transporte público en Dubai o en cualquier otra ciudad. ¿No es un aspecto a trabajar en una smart city que se incentive su uso? ¿Cómo puede un gobierno motivar de forma inteligente a los ciudadanos? Si blockchain registra el número de veces que cogemos el autobús a lo largo de la semana, en una ciudad inteligente sabríamos por ejemplo, la disminución de la contaminación atmosférica y acústica; la disminución porcentual en mantenimiento urbano necesario para circular; la reducción en tiempos de espera por la circulación; la rebaja de las incidencias de tráfico y/o accidentes; la disminución para inversiones en infraestructuras como los aparcamiento o en otros servicios como la retirada de vehículos; y además, la optimización en los tiempos de llegada, lo que aumentaría incluso la calidad de vida o la eficacia y eficiencia del rendimiento personal.
Si nuestra tarjeta blockchain registra nuestro uso intensivo del autobús y encadena todos estos datos, ¿qué impide que nos motiven con viajes gratis o la bonificación de impuestos d emanera automática? Sea como fuere, tampoco cabe duda de que esta tecnología permitirá formas más éticas, sostenibles y transparentes de consumir y producir bienes y servicios.
La economía blockchain podría conducir a ciudades más sostenibles y habitables con menos problemas e ineficiencias, más inteligentes y más saludables. Y si Dubai cumple su objetivo en 2020, podremos tener un ejemplo a seguir en solo unos pocos años de cómo funciona una Blockchain City o una Smart City 5.0.